jueves, 30 de marzo de 2017

CORTOMETRAJES SOBRE ESTEREOTIPOS

En esta entrada, vamos a retomar el tema de los estereotipos, pero esta vez de una forma más dinámica.
A continuación, os dejamos dos cortometrajes donde hemos representado prejuicios muy comunes hacia la etnia gitana (concretamente en el ámbito social y escolar) con el fin de que seáis capace de analizar si alguna vez habéis tomado este pensamiento y comportamiento, y si realmente es ético y justo juzgar sin conocer a una persona.
La idea es que veáis estos videos de una forma autocrítica y que os planteéis si habéis realizado alguna de estas acciones: ¿es justo tratar a todos desde la exclusión?, ¿no dar la oportunidad de conocer a una persona porque consideras que ya sabes cómo es?  📼

sábado, 25 de marzo de 2017

POBLACIÓN GITANA POR EUROPA


En algunas partes del mundo, ser gitano implica tal estigma que muchos prefieren esconderlo. Es el caso de Ahmed Mustafá y sus parientes, huidos de la guerra de Siria y que ahora sobreviven en un parque de Estambul. “No somos gitanos, somos turcomanos”, afirman. A su alrededor, otros se definen como “árabes”. En el sureste de Turquía, los hay que se autodenominan simplemente como “músicos ambulantes”.

Y no es el único país: en Francia son “gens de voyage”. En Italia, “población nómada”. En Bulgaria, muchos prefieren llamarse a sí mismos “turcos” antes que gitanos. En los lugares donde hay un mayor racismo, cualquier identidad parece preferible. Pero para los vecinos de los acampados de Estambul, el asunto está más que claro: son “çingeneler”, nos dicen, la palabra turca para referirse a los roma (gitanos).

La problemática de la comunidad gitana, por lo general, suele ser la misma en casi todas partes. Tiende a existir una situación de racismo y discriminación, pero en algunos lugares se dan además circunstancias específicas. En países como Hungría, Grecia, Eslovaquía, Bulgaria o la República Checa, se produce una segregación educativa en la que los niños gitanos son llevados a escuelas o instalaciones específicas, en las que se les enseña un currículum reducido que posteriormente limitará sus perspectivas laborales. 


En los países de la exYugoslavia y Europa del Este abundan los casos de maltrato policial y violencia racista contra los gitanos, según explican organizaciones como la británica Minority Rights Group o Amnistía Internacional. En Rusia y Ucrania, la falta de documentación legal provoca numerosos problemas, como la imposibilidad de acceder a la salud pública y a otros servicios estatales. Y en la antigua Checoslovaquia llegaron a producirse casos de esterilización forzosa de mujeres gitanas, que en su mayoría no han recibido ninguna compensación por aquellas prácticas abusivas realizadas por las autoridades comunistas. 

Por el contrario, España está considerada por la mayoría de los expertos como uno de los países donde mejor funcionan los programas de integración. Acoge a la segunda mayor comunidad gitana de Europa, y el país ha venido gastando una media de casi 36 millones de euros anuales en los últimos años. Tan sólo un 5% de los gitanos españoles vive en campamentos y chabolas, y en torno a la mitad de ellos son propietarios de una vivienda (aunque la Fundación Secretariado Gitano eleva el número de personas que residen en infraviviendas hasta el 12%). Algunas dificultades, sin embargo, persisten.