EN 2014, la Real Academia Española incluyó el término trapacero
para definir la palabra gitano en su 23º edición.
Un trapacero es una persona "que con astucias, falsedades y mentiras procura engañar a alguien en un asunto".
Esta definición peyoratiba, ha hecho que la comunidad gitana se levante a protestar por este concepto humillante y racista y se puso en marcha para pedir a la RAE que retirara está acepción estereotipada.
Los académicos respondieron que no iban a cambiar la definición ya que es su deber hacer eco del uso popular de las palabras.
La RAE se comprometió a hacer cambios, en el próximo diccionario que elabore rmitiendo un escrito al Consejo Estatal del Pueblo Gitano para confirmar que en la nueva edición digital del «Diccionario» se incluiría la acepción de gitano como «trapacero» con un apunte explicativo o nota junto a la definición, de uso «ofensivo y discriminatorio».
Aunque la nota explicativa supone una pequeña mejora, debería haberse eliminado por completo.
Es muy importante tener en cuenta el papel que tiene la RAE en la
configuración del imaginario sobre los grupos sociales más
vulnerables, por ello esta falta de sensibilidad es una espina más
que nos clavan por ser de etnia gitana y que ya incluso en un
diccionario de uso popular nos vemos afectados.
La anterior edición definía a un gitano como una persona que ''estafa u obra con engaño''.
¿Cómo pretendemos cambiar la visión errónea del mundo, cuando leemos esto en el diccionario?
¿Qué pasará cuando un niño lea que su compañera gitana no es de fiar?
Tener que justificarse a diario diciendo ''mi familia no es así'', o ''yo soy buena'' porque la sociedad considera que somos trapaceros, es indignante.
Un trapacero es una persona "que con astucias, falsedades y mentiras procura engañar a alguien en un asunto".
Esta definición peyoratiba, ha hecho que la comunidad gitana se levante a protestar por este concepto humillante y racista y se puso en marcha para pedir a la RAE que retirara está acepción estereotipada.
Los académicos respondieron que no iban a cambiar la definición ya que es su deber hacer eco del uso popular de las palabras.
La RAE se comprometió a hacer cambios, en el próximo diccionario que elabore rmitiendo un escrito al Consejo Estatal del Pueblo Gitano para confirmar que en la nueva edición digital del «Diccionario» se incluiría la acepción de gitano como «trapacero» con un apunte explicativo o nota junto a la definición, de uso «ofensivo y discriminatorio».
Aunque la nota explicativa supone una pequeña mejora, debería haberse eliminado por completo.

Imagen tomada del Diccionario digital de la Real Academia Española en 2017.
La anterior edición definía a un gitano como una persona que ''estafa u obra con engaño''.
¿Cómo pretendemos cambiar la visión errónea del mundo, cuando leemos esto en el diccionario?
¿Qué pasará cuando un niño lea que su compañera gitana no es de fiar?
Tener que justificarse a diario diciendo ''mi familia no es así'', o ''yo soy buena'' porque la sociedad considera que somos trapaceros, es indignante.
Es curioso, que para definir la palabra
racista el diccionario usa el término ''perteneciente o relativo al
racismo''; define fascista como ''partidario del fascismo'' o ''excesivamente autoritario'' siendo unos conceptos muy delicados, precisos, políticamente correctos. En cambio, la comunidad gitana se tenga que conformar con que le defina el término trapacero, y con una etiqueta de uso «ofensivo y discriminatorio».
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